domingo, 27 de junio de 2010

Drácula de Bram Stoker


TÍTULO ORIGINAL Bram Stoker's Dracula
AÑO: 1992
DURACIÓN: 130 minutos.
PAÍS: Estados Unidos

DIRECTOR: Francis Ford Coppola
GUIÓN: James V. Hart (Novela: Bram Stocker)
MÚSICA: Wojciech Kilar
FOTOGRAFÍA: Michael Ballhaus
REPARTO: Gary Oldman, Anthony Hopkins, Winona Ryder, Keanu Reeves, Cary Elwes, Monica Bellucci, Sadie Frost, Tom Waits, Bill Campbell
PRODUCTORA: Columbia Pictures / American Zoetrope / Osiris Films
PREMIOS 1992: 3 Oscars: Mejor vestuario, maquillaje, efectos de sonido. 4 Nominaciones
1992: 4 nominaciones BAFTA: Mejor maquillaje, vestuario, montaje, efectos visuales. GÉNERO: Terror. Romance. Fantástico.

Muchas son las películas que hablan de vampiros, de terror, sangre y un castillo encantado de Transilvania que atrapa a aquel que sabe de su existencia. Pero muy pocas son capaces de serle fiel en un gran porcentaje a la original novela de Bram Stoker, Drácula.

De ahí que el título original del filme sea Drácula de Bram Stoker, película con cuatro nominaciones en los Premios Oscar, de las cuales se le otorgaron tres: mejor diseño, mejor maquillaje, y mejor montaje.

Coppola ha logrado basarse en una novela, algunos piensan que de forma muy fiel, otros que no tanto; lo cierto es que ha sido hasta el momento la película que más se adapta al Drácula que todos conocemos mediante la novela original de Stoker. El director con su peculiar forma de hacer cine ha creado un nuevo estilo, en el cual cine comercial y experimental se fusionan para dar cobijo a un personaje histórico capaz de hacer el mal por encima de todo, pero con una salvedad que no está manifestada en ningún libro, su lado humano.

Transilvania es el destino de Jonathan Harker, un notario que va en busca de finalizar un contrato sobre unas tierras adquiridas en Londres por el conde Drácula. Tras una serie de extraños sucesos, Harker es retenido en contra de su voluntad en el castillo del misterioso conde. Mientras éste, viajará a Londres en busca de Mina, un amor de tiempos pasados y de la cual lleva siglos enamorado y obsesionado.

El deseo inmortal

Coppola ha dejado muy claro que hasta lo más despiadado puede tener sentimientos que mueven montañas y nunca mejor dicho, cruzan mares. Unos sentimientos que nunca mueren y se quedan en el corazón de quien tiene un alma vacía durante años, décadas y siglos, con la única esperanza del reencuentro.

Esta perdición es el hilo conductor de una película desarrollada en una atmósfera y sobre unos personajes que bien estaban pensados en la novela para aterrorizar, y que sin embargo aquí, ese miedo sucumbe a la lucha y la búsqueda por un amor imposible. Es por ello, que los escenarios tétricos y barrocos muestran sólo aquella parte oscura del personaje, pero no llega a inspirar al espectador el miedo del cual se han caracterizado las películas de su mismo género. Es ahí donde reside el encanto de una historia que tiene un enfoque diferente.

Los experimentos de puesta en escena y superposición dotan al filme de unas escenas que brillan por sí solas, oscuras en la mayoría de los casos, pero donde aquellos colores que aparecen se hacen protagonistas. Colores vivos como el rojo que está presente en el vestuario continuamente como símbolo del amor, de la pasión, de la locura y por supuesto, de la sangre. Alimento de los vampiros para continuar haciendo de las suyas; mostrado en ocasiones de forma sutil, y en otras en cambio, de forma exagerada.

El vestuario neogótico es fundamental para la caracterización de cada uno de los personajes, les da vida y fuerza. Por ello, la labor de la diseñadora Eiko Ishioka fue ganadora de un óscar.

Puede que para quienes no se hayan leído previamente la novela, noten en la película algún que otro salto argumental, vacios inexplicables que quedan resueltos en el libro.

Los escenarios, las luces lúgubres, las sombras, y como he dicho los colores, se relacionan consiguiendo que las imágenes brillen y adquieran más importancia que los diálogos. El Castillo de Transilvania, que acoge a Jonathan y lo atrapa, se muestra como un lugar mágico, pero en cambio, se hecha en falta mostrar al espectador más de los misterios que se esconden tras cada esquina y habitación.

La relación de Drácula con la naturaleza es otra de las temáticas que llaman la atención: amigo de los animales salvajes, capaz de tranquilizar a las bestias, y de hacer enloquecer a los humanos, se convierte en agua, arena, aire… se mueve allí por donde quiere, la luz la convierte en sombra, y la sombra en el lugar donde desean habitar las almas a las que encandila.

La más importante de todas, Mina. Con ella se muestra el lado más pasional y atrayente del filme; y con Lucy, el más sensual, convirtiendo sus escenas en imágenes eróticas que distan mucho de la Lucy de la novela de Bram Stoker.
El deseo por encima de todo, el descontrol y el pecado de Winona Ryder, el aura que desprende Gary Oldman, y la persistencia de Keanu Reeves componen esta historia romántica en una atmósfera lúgubre y tenebrosa.

La actuación de Gary Oldman, sobre todo cuando sufre y llora, dan realismo al personaje de Drácula. Sus gestos seguros, sus pasos firmes, sus ojos mentirosos y su risa malévola y seductora a la vez contribuyen a ello.

En cambio, Winona Ryder y Keanu Reeves no destacan tanto, puede que por su corta carrera como actores en el año 1992, o porque no terminan de encajar en el prototipo de “la mujer deseo” y el amado que pretende salvarla, éste quedando en un último plano.

No hay que olvidar la presencia de Anthony Hopkins, encarnando a un personaje soberbio que cae también en el pecado del deseo.

La música encaja perfectamente con la historia, compuesta por el polaco Wojciech Kilar; menos la canción final Love Song for a Vampire que pertenece a Annie Lennox, que habla de dolor, amor, desesperanza… en definitiva tal y como dice la canción “vuelve a estos brazos de nuevo, y libera mi espíritu”, Drácula es un ser al que la soledad y la tragedia convirtieron en bestia, y que más que de sangre, se alimenta de amor.

jueves, 27 de mayo de 2010

Lucía y el sexo


Ficha técnica

Guión y dirección: JULIO MEDEM.
Producción: FERNANDO BOVAIRA y ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE para SOGECINE.
Dirección de fotografía: KIKO DE LA RICA. Segundo operador: JOSU INCHAUSTEGI. Montaje: IVÁN ALEDO.
Música: ALBERTO IGLESIAS.
Sonido: AGUSTÍN PEINADO, SANTIAGO THEVENET y POLO ALEDO.
Dirección artística: MONTSE SANZ.
Efectos especiales: MOLINA E.E. Vestuario: ESTÍBALIZ MARKIEGI.
Casting: SARA BILBATÚA.
Localizaciones: Madrid y Formentera.
Duración: 128 minutos.
Fecha de estreno: 28 de agosto de 2001.
Reparto artístico: PAZ VEGA (Lucía). TRISTÁN ULLOA (Lorenzo). NAJWA NIMRI (Elena). DANIEL FREYRE (Carlos). ELENA ANAYA (Belén). JAVIER CÁMARA (Pepe).

Lucía y el sexo fue la quinta película del director Julio Medem. Una obra arriesgada, en los límites entre la fantasía y la realidad, y con gran contenido sexual; ha sido el largometraje que más recaudación en taquilla ha conseguido el director vasco.

Medem, muy interesado en temas relacionados con la psicología, ha conseguido no dejar indiferente a un público atrapado por los sueños y pesadillas, de una mente que es sometida al ir y devenir de los hechos que marcan el destino de un hombre (Tristán Ulloa) y el amor incondicionado de una mujer (Paz Vega).

Destacada la actuación de Paz Vega, El Premio Goya a la mejor actriz revelación en 2002 fue para ella. Pero este sólo fue el primero de muchos premios que consiguió Lucía y el sexo: El Premio Goya a la mejor música original, El Premio "La Navaja de Buñuel" a la mejor película española, El Premio del Jurado en el Festival de Cine Latino "Primer Plano" de Dijon en Francia, y los Premios "Emergin Masters" y del público "Golden Space Neddle" al mejor director en el Festival de Seattle, son otros de los reconocimientos a este atrevido largometraje con muy buenos resultados estéticos.

Lucía, una camarera de un bar madrileño, y Lorenzo, un escritor con afán de superación ilimitada, comparten una vida de pareja en donde el sexo, el amor, los secretos, y el pasado, marcan sus días. Un accidente que sufre Lorenzo, lleva a Lucía a viajar a una isla donde conocerá a Elena, y será en ese lugar tranquilo y misterioso donde vaya descubriendo todo aquello que martirizaba a Lorenzo y que él nunca contó más que a través de sus novelas.

En un mar de dudas

La sensación de estar perdido y de perder, de avanzar y retroceder por el azar sin saber muy bien a donde llegarás, y de luchar a contracorriente en las adversidades que te presenta la vida; es el continuo estado en el que Lorenzo se encuentra. En un mar de dudas, nunca mejor dicho, que el protagonista plasma en una novela que se confunde con su propia realidad. El espectador no llega a distinguir claramente qué ha sucedido de verdad y está siendo reescrito, y qué pertenece sólo y exclusivamente a la imaginación del escritor. Esto deja al descubierto un enrevesado presente, que se apoya en el pasado para construir un futuro desconcertante.

Hablamos de un cuento de mayores, que se escribe con colores, metáforas sobre el mar y el cielo, reflexiones y silencios capaces de llenar páginas enteras.

En aquellas escenas donde la ficción se hace protagonista incuestionable de la película, la fotografía brilla por sí sola. Por un lado, claridad de un sol que reluce ante los ojos de Lucía, en grandes espacios abiertos, playas de aguas cristalinas, y un cielo azul que aporta tranquilidad y felicidad. Por otro lado, sitios cerrados, oscuros, que dan cobijo a Lorenzo, a sus miedos y a sus fantasías.

En todo ello, los primeros planos y de corta duración se hacen visibles para manifestar diversos estados de ánimos: alegría, preocupación, desconfianza, desconcierto, sorpresa, dolor, y pasión.

La muerte, presente de forma sutil, no es lo que cala en el espectador al fin y al cabo, sino más bien, todas esas manifestaciones de cada protagonista y sus luchas para encontrar aquello que perdieron una vez (lucía la confianza de Lorenzo, Lorenzo el retorno de sus ganas de vivir en su realidad y no a través de su libro, y Elena el reencontrarse de nuevo con la persona que una noche cambió su vida). Todos ellos, cargados de una gran fuerza psicológica, nos transportan a un mundo paralelo donde nada es lo que parece, y todo está conectado por un hecho fortuito.

El sexo explícito, llega a ser para muchos, innecesario en una trama que avanza por sí sola con la propia narración de sus imágenes. Pero hay que tener en cuenta, que es la manera particular que el director tiene de contar sus historias, de hacer más reales a sus protagonistas, y de dotarles de aspectos cotidianos que se dan en la vida de una pareja de enamorados de carne y hueso. Si el amor entre ellos traspasa límites, y es la causa y consecuencia de todo lo que se nos cuenta, ha de mostrarse la pasión que emana de ello. Es una forma diferente de contar lo mismo, pero que da fuerza al sentimiento, y es lo que ayuda al espectador a entender un poco mejor las obsesiones que les impulsan a actuar de una forma y no de otra.

Lucía y el sexo es “Un cuento lleno de ventajas…” que cuando llega a su final, se hace necesario volver a la mitad de su historia para que el espectador haga un segundo visionado y así comprender mejor la magia de sus imágenes.

jueves, 20 de mayo de 2010

Your name is Justine


Título original: Masz na imie Justine.
País: Luxemburgo, Polonia.
Duración: 97 minutos.
Guión: Chris Burzda, Franco de Peña, Tomasz Kepski.
Dirección: Franco de Peña.
Interpretación: Jale Arikan, Elizabeth Bruck, Malgorzata Buczkowska, Jean-Marc Calderoni, Mathieu Carrière, Anna Cieslak, Katarzyna Cygler, Frédéric Frenay, Arno Frisch, Maciej Kozlowski, Nedjad Kurtagic.
Género: Thriller psicológico.
Año: 2005.

Deseos de libertad, una libertad como derecho humano que nos pertenece a todos, y que debe ser recuperada para aquellos que la pierden o se la arrebatan.

Quizás sea este el planteamiento que pretende que el espectador se haga el director venezolano Franco de Peña. Your name is Justine, pone de manifiesto el problema de la esclavitud en tiempos modernos que sacude a países occidentales. Mujeres, niñas, que han sido engañadas y posteriormente vendidas para ejercer la prostitución alejadas de todo mundo que conocían.

Ganadora de diversos premios como mejor contribución artística en el Festival Mundial de Montreal, Prix du Jury del Festival de Mons, en Bélgica, y mejor película en el Festival Alemano-Polaco de Berlín, Alemania; la película fue reconocida como un cine de realidad social que muestra la crudeza, la violencia, y el sufrimiento que mujeres polacas previamente secuestradas viven con horror a manos de quienes comercializan con vidas inocentes.

Es una película que dista mucho de las raíces latinas del director, y trata los hechos con un estilo claramente europeo, puesto que es una coproducción entre Luxemburgo, Alemania y Polonia.

Your name is Justine, es la historia de Mariola, una chica polaca que vive con su abuela y pasa los días en compañía de sus dos amigas de la infancia. Con la aparición de un viejo compañero del colegio, Artur, la vida de Mariola da un giro inesperado. Su enamoramiento le lleva a realizar un viaje por Europa con él, que nada más empezar finalizará con el peor de los sucesos. En Alemania, Artur deja a Mariola en manos de unos desconocidos que trafican con mujeres, obligándolas a ejercer la prostitución de forma vejatoria. La protagonista intentará salir sin descanso de la vida que le han impuesto.

Dejar de elegir, para preguntarse sólo por qué.

Una habitación, un comedor, un baño, una puerta cerrada con llave y unas ventanas selladas. Es el espacio en el que aprende a dejar atrás la inocencia de Mariola, y emprende un camino de amargura hacia un destino oscuro siendo Justine.

Anna Cieslak, es capaz de hacernos ver el debate continuo al que se somete, o mejor dicho, al que le han obligado a someterse, entre vivir a pesar de todo o morir en vida. Tras torturas, violaciones y falta de comida, parece caer en un pozo sin fondo en el cual perderá la cordura para siempre, hecho que nunca se dará. Momento clave que lo demuestra es el plano en el que Justine con un vestido rojo desgarrado se aproxima a la ventana con intención de tirarse y acabar con todo.

Los colores llaman mucho la atención en la película. La mayor parte del film se desarrolla en el piso donde ella está secuestrada. Un lugar solitario, sucio, y desesperanzador donde se mantienen los tonos tristes y oscuros. De repente, el color rojo del vestido capta la atención. Es el momento en el que muere Mariola, y comienza la vida de Justine. Es por esto, que el suicidio no hubiese tenido mayor sentido. Su vida tal y como la conocían todos había muerto en esa habitación.

El director, tras una previa investigación y documentación sobre la trata de blancas, refleja esa pérdida de la libertad arrebatada. Pero a la misma vez, nos muestra, que la capacidad de decidir, y elegir, aún estando condicionada a sus límites, sigue encontrándose en el interior de la protagonista. Ella saca fuerzas y elige mantener la cordura y el valor, para ser quien ellos quieren que sea, y posteriormente jugar sus cartas y salvar la dignidad que le pueda quedar.

Pero la Mariola de antes nunca vuelve. Un final feliz para muchos puesto que Justine sale de ese mundo negro, y un final no tan feliz para quienes piensan que cuando otros deciden por vidas que no les pertenece más que a quien las protagonizan, la identidad y la esencia de dichas vidas desaparecen para siempre.

Your name is Justine guarda relación con películas como Venganza, donde siempre hay un chico joven que atrae a las chicas en su llegada a aeropuertos europeos a las redes de las mafias a cambio de dinero. En ambas obras cinematográficas, quien hace de enlace termina pagándolo. Pero deja muy claro, que los que realmente se benefician quedan impunes a toda justicia. Es necesario que la sociedad tome cartas en el asunto porque es un tema que está ahí, al que todos temen, pero pocos se atreven a indagar.

La narración de las imágenes es una clara reivindicación a los derechos de la mujer, blanco fácil para aquellos que con autoridad y fuerza se imponen. Pero a la vez, quiere enseñar al espectador que nunca se debe subestimar la fuerza interior de una persona en situaciones límites, en este caso una niña que pasa a ser adulta en cuestión de días, y que pese a todo elige vivir.

jueves, 6 de mayo de 2010

Caché (Escondido)

Dirección y guión: Michael Haneke.
Países: Francia, Austria, Alemania e Italia.
Año: 2005.
Duración: 115 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Daniel Auteuil (Georges), Juliette Binoche (Anne), Maurice Bénichou (Majid), Annie Girardot (Madre de Georges), Lester Makedonsky (Pierrot), Bernard Le Coq (Editor), Walid Afkir (Hijo de Majid), Daniel Duval (Pierre), Nathalie Richard (Mathilde), Denis Podalydès (Yvon), Aissa Maiga (Chantal).
Producción: Margaret Menegoz y Veit Heiduschka.
Fotografía: Christian Berger.
Montaje: Michael Hudecek y Nadine Muse.
Diseño de producción: Emmanuel De Chauvigny y Christoph Kanter.
Vestuario: Lisy Christl.
Estreno en Francia: 5 Octubre 2005.
Estreno en España: 20 Enero 2006.

Caché (escondido) es un filme del director austriaco Michael Haneke, quien se caracteriza por hacer un cine critico en relación con aspectos de la sociedad contemporánea, inundada en imágenes consumistas que se sitúan al mismo nivel que la propia realidad, aunque de forma manipulada.

Sus películas encierran cierta angustia que hace que el espectador experimente un miedo diferente al que nos tienen acostumbrados los thrillers de hoy en día. Es un pánico a lo desconocido, a lo que nadie ve pero que de alguna forma está ahí siempre amenazando la intimidad de sus protagonistas así como sus pasados más secretos.

Haneke utiliza la violencia en todas sus obras para que el espectador piense y cuestione él mismo cuales son las causas que llevan a la sociedad en la que vivimos a cometer todo tipo de crímenes y brutalidades. Es un cine de lo real, donde la violencia juega un papel fundamental para ubicar el resto del relato, y poder entenderlo, en la medida en que el director lo permite, ya que hay muchos aspectos que en sus películas quedan a la interpretación absoluta de quien las ve.

Caché (Escondido) sigue esa misma línea de provocación, intriga y suposiciones. Ganadora de los premios del Festival de Cine de Cannes a la mejor dirección, y el premio FIPRESCI; Caché se hizo además con los galardones a mejor película y mejor director entre otros en los Premios del Cine Europeo. Para muchos, película estrella de Haneke, que reúne todos los requisitos para disfrutar sintiendo a la misma vez repulsión por lo sucedido en la historia. Es una película que atrapa al espectador en numerosas conjeturas, ninguna posteriormente resuelta.

El film recoge la historia de una familia que recibe dibujos escabrosos y cintas de vídeo con grabaciones del exterior de la casa donde viven, además de otros lugares a los que ha de acudir el protagonista. Una atmosfera que esconde continuas pistas que llevaran a Georges, periodista de prestigio y padre de familia, a sospechar sobre la posible conexión existente entre las cintas y un suceso desafortunado que él mismo provocó de pequeño. En el trascurso de la historia, la familia se va desuniendo y los problemas de desconfianza hacen que el matrimonio caiga en una profunda crisis mientras tratan de averiguar por todos los medios quién o qué les está destrozando sus vidas.

La elección de ver sin mirar

Caché desde su comienzo nos pone en situación mediante un plano fijo de larga duración donde podemos ver qué cosas están sucediendo frente a la fachada de la casa en cuestión. Simula lo que se esconde en la sombra para no ser visto y que controla la vida de los personajes, haciéndoles reaccionar saliendo de lo cotidiano para adentrarse en la búsqueda de la amenaza. El film pasa de espacios cerrados (zonas del hogar familiar que simbolizan lo seguro y la tranquilidad) a espacios exteriores que ponen en peligro todo lo que les rodea (la mirada ajenas de aquel que espía y desde donde se toman las grabaciones).

La interpretación de quienes luchan por salir adelante, Daniel Auteuil y Juliette Binoche, consigue que la historia cobre un realismo expectante. Los diálogos cargados de angustia y temor, las miradas cómplices y/o desconfiadas, los silencios, etc. ayudan a ello.

Georges, representa la conciencia de culpabilidad que la sociedad europea actual vive, y de la cual no somos conscientes. Una sociedad sometida al control de los medios de comunicación, y a su representación del mundo mediante imágenes que se suceden unas tras otras sin ser analizadas ni cuestionadas. Una cara del mundo, la de los “acomodados” según llama Haneke, se muestra pasiva ante imágenes manipuladas de un mundo pobre, el cual vemos muy lejano, y desde donde nos llegan a nuestras pantallas acciones violentas tratadas de forma espectacular, que han sido previamente seleccionadas para vendérnosla como el pan de cada día. Esa pasividad ante las incoherencias del mundo y nuestra mirada hacia otro lado, es lo que critica el director en Caché.

La sociedad actual huye de la mala conciencia sin hacerle frente, y los medios tienen mucho que ver. La forma en la que tratan los sucesos del otro mundo “lejano” provoca en nosotros una insensibilización que crece a medida que pasa el tiempo.

La película tiene como fin que busquemos respuestas a preguntas formuladas desde el más sincero temor a que todos, nos convirtamos en meros espectadores de una realidad que creemos ajena a nosotros, pero que está ahí, y que es más cruda que cualquier imagen violenta que se pueda preciar en cine. Muestra además, una sociedad que tiene miedos, que anulan nuestra capacidad de decisión, y esos miedos nos vienen impartidos por una concepción del mundo creada por los poderosos medios de comunicación, tan inofensivos a la vista de muchos.

Los protagonistas de Caché se enfrentan así a elegir; somos seres morales, y como tales, tenemos la capacidad de decidir entre una cosa u otra. Georges elige actuar de una forma determinada que lleva a la desgracia de otros, y que seguramente, de haber elegido la otra opción, se hubiese podido evitar.

La película deja a inspiración de cada cual su interpretación, y la resolución de las dudas planteadas, pero siempre quedan hilos sueltos que desconciertan al espectador. Nos podemos plantear una vez visionada la obra, que lo menos importante es el hecho de averiguar quién graba esas cintas, sino más bien, de cómo este suceso despierta a la pareja de protagonistas y los lleva a la búsqueda incesante de algo que no pueden ver pero que está presente. Tal y como los medios hacen mella en nosotros casi sin darnos cuenta.

miércoles, 7 de abril de 2010

MOON

Titulo original: Moon

Titulo hispano: En La Luna

Genero: Ciencia ficción, drama, misterio

Temática:Espacio, Robots/Androides, visiones, locura, muerte, misterio.

País: Reino Unido.

Duración: 97 Minutos

Año: 2009

Director: Duncan Jones

Guión: Nathan Parker y Duncan Jones.

Intérpretes: Benedict Wong, Kaya Scodelario, Malcolm Stewart,Matt Berry,Robin Chalk y Sam Rockweel.

Productor:Stuart Fenegan, Nicky Moss y Trudie Styler.

Música: Clint Mansell

Fotografía:Gary Shaw

Montaje:Nicolas Gaster

Estudio: Liberty Films UK, Sony Pictures Releasing.

Fecha de estreno España: 09 de Octubre 2009/ Estados Unidos: 12 de Junio 2009/ Reino Unido: 17 de Julio 2009

Moon ha sido una película fruto de un director amante de la ciencia ficción, Duncan Jones, que a pesar de no contener los efectos especiales que acostumbra el genero, su trama junto a los recursos que utiliza, han sido la causa de que el hijo del cantante David Bowie sea conocido en el mundo del cine.

Dominada a numerosos y diversos premios, así como ganadora de algunos como el premio BAFTA (British Academy of Film and Television Arts) en 2010; Moon no es considerada una película comercial, la cual esté hecha para públicos ansiosos de visionar efectos especiales que le dejen pegado a la silla. Se trata de un film independiente, con un ajustado presupuesto, pero que gracias a su buena producción ya es considerada por muchos una obra inteligente que invita a la reflexión de valores esenciales del ser humano.

Moon nos sitúa en las últimas dos semanas de misión espacial de Sam Bell. Un astronauta que es enviado por tres años a una base lunar para extraer Helio 3, un gas energético descubierto en la luna necesario para reducir los efectos negativos derivados de la crisis en la Tierra.

Su trabajo lo llevará a cabo acompañado de un robot llamado Gherty que le ayudará además de en el control de sus tareas, a amenizar su estancia a la espera de que los días pasen rápidamente para reunirse con su mujer e hija.

Pero será precisamente en los últimos días de su hospedaje en la nave, cuando tras sufrir un accidente en una de sus salidas al exterior, Sam se de cuenta de que no sólo le acompaña Gherty en su viaje.

Si se puede imaginar, se puede programar

En una época donde una impactante puesta en escena es casi esencial para captar a más público y así ampliar las posibilidades de éxito, Moon se revela como todo lo contrario. Espacios blancos pertenecientes a unos interiores decorados esquemáticamente creando una atmósfera vacía y deshumanizada; que se complementa con otro espacio exterior oscuro, solitario y amenazante. Es lo único necesario para el desarrollo de los acontecimientos. No te pierde en grandes decorados para dejar que te centres en lo verdaderamente importante, la crítica que subyace a todo.

No sin dejar atrás al único personaje que nos mantiene con la vista pegada a la pantalla, Sam Bell y sus monólogos que predominan sobre los diálogos con el robot, que nos hacen participe de sus pensamientos.

El film se nos recuerda a otras películas como 2001 Odisea en el espacio, Alien, Blade Runner, entre otras. El propio director ha afirmado que fueron influyentes en su trabajo. Pero aparte, hay una que aunque no siga su misma tónica, sí comparte ese deseo del personaje por sobrevivir en un espacio ajeno con el fin de regresar a casa. Hablo de Naufrago y de cómo una persona se aferra a sus recuerdos para salir adelante.

Las lecturas que se pueden hacer de esta película son muchas, pero sin duda todas estarían relacionadas y orientadas hacia una crítica del mundo en el que vivimos y nosotros mismos estamos construyendo. Un mundo donde el ser como individuo adquiere cada vez mayor importancia al igual que su relación con la tecnología, de la que nos valemos y nos apoyamos para mejorar nuestra calidad de vida. Pero ese mundo es una paradoja, pues a la vez que se apuesta por la individualización nos comportamos de forma parecida y adquirimos hábitos idénticos. Es un consumo extremo en el que estamos insertos.

Ante la polémica de si la ciencia y sus pasos vertiginosos más que aportar están destruyendo nuestra concepción de la vida, surge Moon. Perdemos nuestra propia identidad, así como en la película el personaje engañado cree estar seguro de quien es hasta que descubre que la libertad de la que creía que gozaba está marcada por un plan previamente concebido.

Se trata de una deshumanización, donde la técnica va desplazando al hombre, permitido por él mismo, hasta que se va de las manos, siendo la tecnología la triunfante. Lo único de lo que carecería la ciencia, y que sí contiene el hombre, son los sentimientos.

Por ello, San Bell es controlado a través de sus sentimientos, que es la única fuerza capaz de mantener tranquilo el espíritu de un individuo así como de revolucionarlo. Queda así reflejado el debate que actualmente vivimos en nuestra sociedad sobre si la tecnología es realmente positiva o negativa para nosotros.

Encontramos pocos giros inesperados en la trama de la película: un accidente crucial que carece de explicación, pero cuya elipsis no afecta al transcurrir de la historia. Todo ello acompañado de la música de Clint Mansell, repetitiva y por tanto en consonancia, que nos sumerge aun más en el film.

Hay algunas preguntas de libre interpretación que el director nos propone: ¿Somos capaces de vender nuestras vidas por contratos millonarios y permitir que se utilice para usos meramente comerciales? ¿Dónde queda la moral y la ética? ¿Estamos ante una sociedad de seres codiciosos que pierden los valores fundamentales, quitándoles a otros los suyos propios?

Como consecuencia, lo que se demanda tiene relación con una sociedad insegura, fruto de todo el engranaje tecnológico que transforma profundamente de raíz los valores que conocemos. Se cae en la locura con más facilidad, y la soledad es nuestro peor enemigo así como la razón de muchos de nuestros males. La deshumanización es un tema real que se percibe pero no muchos hablan. La película nos ayuda a plantearnos todos estos temas, y más que a posicionarnos de un lado u otro, a que seamos conscientes y responsables de nuestras limitaciones. Todo en exceso se convierte en algo peligroso y negativo para la sociedad.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La Hipótesis del cuadro robado

Antes que nada tengo que decir, que me ha costado muchísimo trabajo ponerme delante del ordenador y decidirme a redactar. Le he dado mil vueltas intentando tratar la película La Hipótesis del cuadro robado de una manera diferente a como lo hubiese hecho anteriormente, pero me resulta bastante difícil, quizás porque el film en sí sea complicado.
La película a mi parecer, es lenta tanto en su ritmo como en la misma producción de su mensaje. No estoy acostumbrada, y pienso que como yo una gran mayoría, a encontrarnos en cine imágenes estáticas como si de una fotografía se tratase. El mundo en el que vivimos dispone de medios de producción cada vez más rápidos, y por tanto en imágenes más cortas que se consumen más rápidamente. A este hecho es al que nos tienen acostumbrados, y es por eso por lo que se nos pasan muchos detalles por alto, y no estamos preparados para pensar ni cuestionar lo que una película nos ofrece.

Creo por tanto, que
La Hipótesis del cuadro robado, no es más que una forma de reclamarnos a nosotros como espectadores; observar más que mirar. Que no nos conformemos con echarle sólo un vistazo, y tengamos por tanto una buena disposición para buscar pistas, deteniéndonos en cada imagen (de ahí la cantidad de planos fijos que hay).
Pensar las incoherencias y volver sobre nuestros pasos para reconstruir nosotros la historia, con una ayuda, claro está. Es cierto que dicho mensaje nos lo va descubriendo el coleccionista de los cuadros, pero a su vez, y con la colaboración del narrador en off (que se nos cuela dando opiniones y formulando preguntas) nos van poniendo en duda cada cosa que se dice, cada deducción hipotética. Por tanto, nos sitúan en una perspectiva en donde nada nos debemos de creer al cien por cien, porque nada se puede demostrar. Siempre hay una verdad en función de cómo se mire, y de quién lo mire. Puede que mi verdad sea completamente distinta, pero es válida en tanto que es una verdad más de un caso hipotético jamás resuelto.

Puedo decir, según esto, que este film sí nos aventura a formar parte del entramado. A pesar de que en ocasiones parece que el coleccionista se dirige al segundo narrador en off, y que ambos hablan, manteniéndonos al margen. Además, no nos mira a cámara casi en ningún momento, pero este hecho es lo de menos, porque nos sentimos claramente aludidos. Se nos conduce por un camino resbaladizo donde todo es posible y nada termina de ser. Es aquí donde puedo decir que me he sentido confundida durante toda la duración de la película.
Al principio he de reconocer que mucho más; poco a poco a medida que avanzaba parecía estar más segura, pero al final, de nuevo sentimiento de confusión junto a una gran decepción. Una decepción por terminar de ver la película y saber lo que sabía al principio, nada.
Y peor aún, después de hacer un enorme esfuerzo por quedarme con todo lo que se nos dice y recoger cuanta más información mejor teniendo casi la certeza de que más adelante me servirían para encadenarlo todo. Finalmente, muchas de esas cosas ahí se han quedado, sin entenderlas, y desubicadas totalmente.

Se nos pide que intentemos mirar más allá, pues a eso voy: La película, relaciona las imágenes cinematográficas con las artes pictóricas. Un cuadro representa una situación que está sucediendo, pero a la misma vez, alude a lo que ya ha sucedido y a lo que puede suceder. Pero siempre de una forma especulativa, como vemos en las imágenes de la película mediante actores que representan los cuadros tratados. Se consigue así un testimonio histórico del momento en el que se pintaron dichos cuadros.
Es aquí donde se cumple con el deber del cine como tradición de la historia del arte. Un pasado enigmático dado por una serie de siete cuadros (faltando uno de ellos tras ser robado), provocan que nos planteemos ese pasado, y le demos un futuro (cual es la relación que guardan esos cuadros jamás conocida).

No puedo relacionar mucho más, para eso tendría que documentarme sobre varios aspectos los cuales desconozco, pero lo que si puedo añadir es que es una película poco común, pero que creo que no deja indiferente a nadie (al menos a nadie que haya estado atento).
Me quedo en la insatisfacción de no haber sido capaz de aportar alguna pista a este final inconcluso.







sábado, 6 de marzo de 2010

Ana y los lobos


Mi impresión acerca de la película que se ha visionado en clase, Ana y los lobos, ha sido durante la mayor parte que dura el film, de desconcierto.

Considero que es una película algo lenta, pero sin embargo no se me hace aburrida. El tiempo que se dedica a mostrarnos a cada uno de los hermanos con sus respectivas personalidades pienso que es el necesario para que nos preguntemos qué está ocurriendo, y el por qué del comportamiento de los personajes, incluyendo a Ana, que también actúa bajo una lógica misteriosa.

El personaje de Geraldine Chaplin me ha mantenido atenta en todo momento a cada acción, gesto, mirada o insinuación que hacía, intentando descubrir en ella las razones de lo que podría estar pasando para conocer de antemano en qué desencadenaría todo. Es un continuo estado de atención, que permite que seas incluso capaz de reproducir después, al menos en mi caso, cada escena o diálogo que se desarrolla en su gran mayoría.

A medida que avanzaba el tiempo, llegué a pensar que el final sería igual de desconcertante que el resto de la obra, y que se quedaría todo sin resolver. Y realmente para mi sorpresa no fue así, sino todo lo contrario. Un desenlace impactante que nunca se me pasó por la cabeza, y el cual me llama mucho la atención por la forma tan rápida en la que se sucede en comparación con la lentitud del film.

Tomo de dicho final la conclusión de que unas mentes perturbadas, cada cual por diversas razones, han ido adoptando actitudes desequilibradas a lo largo de sus vidas, y que encuentran el punto de partida en la niñez; son capaces de todo por aquello con lo que se obsesionan.