jueves, 27 de mayo de 2010

Lucía y el sexo


Ficha técnica

Guión y dirección: JULIO MEDEM.
Producción: FERNANDO BOVAIRA y ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE para SOGECINE.
Dirección de fotografía: KIKO DE LA RICA. Segundo operador: JOSU INCHAUSTEGI. Montaje: IVÁN ALEDO.
Música: ALBERTO IGLESIAS.
Sonido: AGUSTÍN PEINADO, SANTIAGO THEVENET y POLO ALEDO.
Dirección artística: MONTSE SANZ.
Efectos especiales: MOLINA E.E. Vestuario: ESTÍBALIZ MARKIEGI.
Casting: SARA BILBATÚA.
Localizaciones: Madrid y Formentera.
Duración: 128 minutos.
Fecha de estreno: 28 de agosto de 2001.
Reparto artístico: PAZ VEGA (Lucía). TRISTÁN ULLOA (Lorenzo). NAJWA NIMRI (Elena). DANIEL FREYRE (Carlos). ELENA ANAYA (Belén). JAVIER CÁMARA (Pepe).

Lucía y el sexo fue la quinta película del director Julio Medem. Una obra arriesgada, en los límites entre la fantasía y la realidad, y con gran contenido sexual; ha sido el largometraje que más recaudación en taquilla ha conseguido el director vasco.

Medem, muy interesado en temas relacionados con la psicología, ha conseguido no dejar indiferente a un público atrapado por los sueños y pesadillas, de una mente que es sometida al ir y devenir de los hechos que marcan el destino de un hombre (Tristán Ulloa) y el amor incondicionado de una mujer (Paz Vega).

Destacada la actuación de Paz Vega, El Premio Goya a la mejor actriz revelación en 2002 fue para ella. Pero este sólo fue el primero de muchos premios que consiguió Lucía y el sexo: El Premio Goya a la mejor música original, El Premio "La Navaja de Buñuel" a la mejor película española, El Premio del Jurado en el Festival de Cine Latino "Primer Plano" de Dijon en Francia, y los Premios "Emergin Masters" y del público "Golden Space Neddle" al mejor director en el Festival de Seattle, son otros de los reconocimientos a este atrevido largometraje con muy buenos resultados estéticos.

Lucía, una camarera de un bar madrileño, y Lorenzo, un escritor con afán de superación ilimitada, comparten una vida de pareja en donde el sexo, el amor, los secretos, y el pasado, marcan sus días. Un accidente que sufre Lorenzo, lleva a Lucía a viajar a una isla donde conocerá a Elena, y será en ese lugar tranquilo y misterioso donde vaya descubriendo todo aquello que martirizaba a Lorenzo y que él nunca contó más que a través de sus novelas.

En un mar de dudas

La sensación de estar perdido y de perder, de avanzar y retroceder por el azar sin saber muy bien a donde llegarás, y de luchar a contracorriente en las adversidades que te presenta la vida; es el continuo estado en el que Lorenzo se encuentra. En un mar de dudas, nunca mejor dicho, que el protagonista plasma en una novela que se confunde con su propia realidad. El espectador no llega a distinguir claramente qué ha sucedido de verdad y está siendo reescrito, y qué pertenece sólo y exclusivamente a la imaginación del escritor. Esto deja al descubierto un enrevesado presente, que se apoya en el pasado para construir un futuro desconcertante.

Hablamos de un cuento de mayores, que se escribe con colores, metáforas sobre el mar y el cielo, reflexiones y silencios capaces de llenar páginas enteras.

En aquellas escenas donde la ficción se hace protagonista incuestionable de la película, la fotografía brilla por sí sola. Por un lado, claridad de un sol que reluce ante los ojos de Lucía, en grandes espacios abiertos, playas de aguas cristalinas, y un cielo azul que aporta tranquilidad y felicidad. Por otro lado, sitios cerrados, oscuros, que dan cobijo a Lorenzo, a sus miedos y a sus fantasías.

En todo ello, los primeros planos y de corta duración se hacen visibles para manifestar diversos estados de ánimos: alegría, preocupación, desconfianza, desconcierto, sorpresa, dolor, y pasión.

La muerte, presente de forma sutil, no es lo que cala en el espectador al fin y al cabo, sino más bien, todas esas manifestaciones de cada protagonista y sus luchas para encontrar aquello que perdieron una vez (lucía la confianza de Lorenzo, Lorenzo el retorno de sus ganas de vivir en su realidad y no a través de su libro, y Elena el reencontrarse de nuevo con la persona que una noche cambió su vida). Todos ellos, cargados de una gran fuerza psicológica, nos transportan a un mundo paralelo donde nada es lo que parece, y todo está conectado por un hecho fortuito.

El sexo explícito, llega a ser para muchos, innecesario en una trama que avanza por sí sola con la propia narración de sus imágenes. Pero hay que tener en cuenta, que es la manera particular que el director tiene de contar sus historias, de hacer más reales a sus protagonistas, y de dotarles de aspectos cotidianos que se dan en la vida de una pareja de enamorados de carne y hueso. Si el amor entre ellos traspasa límites, y es la causa y consecuencia de todo lo que se nos cuenta, ha de mostrarse la pasión que emana de ello. Es una forma diferente de contar lo mismo, pero que da fuerza al sentimiento, y es lo que ayuda al espectador a entender un poco mejor las obsesiones que les impulsan a actuar de una forma y no de otra.

Lucía y el sexo es “Un cuento lleno de ventajas…” que cuando llega a su final, se hace necesario volver a la mitad de su historia para que el espectador haga un segundo visionado y así comprender mejor la magia de sus imágenes.

jueves, 20 de mayo de 2010

Your name is Justine


Título original: Masz na imie Justine.
País: Luxemburgo, Polonia.
Duración: 97 minutos.
Guión: Chris Burzda, Franco de Peña, Tomasz Kepski.
Dirección: Franco de Peña.
Interpretación: Jale Arikan, Elizabeth Bruck, Malgorzata Buczkowska, Jean-Marc Calderoni, Mathieu Carrière, Anna Cieslak, Katarzyna Cygler, Frédéric Frenay, Arno Frisch, Maciej Kozlowski, Nedjad Kurtagic.
Género: Thriller psicológico.
Año: 2005.

Deseos de libertad, una libertad como derecho humano que nos pertenece a todos, y que debe ser recuperada para aquellos que la pierden o se la arrebatan.

Quizás sea este el planteamiento que pretende que el espectador se haga el director venezolano Franco de Peña. Your name is Justine, pone de manifiesto el problema de la esclavitud en tiempos modernos que sacude a países occidentales. Mujeres, niñas, que han sido engañadas y posteriormente vendidas para ejercer la prostitución alejadas de todo mundo que conocían.

Ganadora de diversos premios como mejor contribución artística en el Festival Mundial de Montreal, Prix du Jury del Festival de Mons, en Bélgica, y mejor película en el Festival Alemano-Polaco de Berlín, Alemania; la película fue reconocida como un cine de realidad social que muestra la crudeza, la violencia, y el sufrimiento que mujeres polacas previamente secuestradas viven con horror a manos de quienes comercializan con vidas inocentes.

Es una película que dista mucho de las raíces latinas del director, y trata los hechos con un estilo claramente europeo, puesto que es una coproducción entre Luxemburgo, Alemania y Polonia.

Your name is Justine, es la historia de Mariola, una chica polaca que vive con su abuela y pasa los días en compañía de sus dos amigas de la infancia. Con la aparición de un viejo compañero del colegio, Artur, la vida de Mariola da un giro inesperado. Su enamoramiento le lleva a realizar un viaje por Europa con él, que nada más empezar finalizará con el peor de los sucesos. En Alemania, Artur deja a Mariola en manos de unos desconocidos que trafican con mujeres, obligándolas a ejercer la prostitución de forma vejatoria. La protagonista intentará salir sin descanso de la vida que le han impuesto.

Dejar de elegir, para preguntarse sólo por qué.

Una habitación, un comedor, un baño, una puerta cerrada con llave y unas ventanas selladas. Es el espacio en el que aprende a dejar atrás la inocencia de Mariola, y emprende un camino de amargura hacia un destino oscuro siendo Justine.

Anna Cieslak, es capaz de hacernos ver el debate continuo al que se somete, o mejor dicho, al que le han obligado a someterse, entre vivir a pesar de todo o morir en vida. Tras torturas, violaciones y falta de comida, parece caer en un pozo sin fondo en el cual perderá la cordura para siempre, hecho que nunca se dará. Momento clave que lo demuestra es el plano en el que Justine con un vestido rojo desgarrado se aproxima a la ventana con intención de tirarse y acabar con todo.

Los colores llaman mucho la atención en la película. La mayor parte del film se desarrolla en el piso donde ella está secuestrada. Un lugar solitario, sucio, y desesperanzador donde se mantienen los tonos tristes y oscuros. De repente, el color rojo del vestido capta la atención. Es el momento en el que muere Mariola, y comienza la vida de Justine. Es por esto, que el suicidio no hubiese tenido mayor sentido. Su vida tal y como la conocían todos había muerto en esa habitación.

El director, tras una previa investigación y documentación sobre la trata de blancas, refleja esa pérdida de la libertad arrebatada. Pero a la misma vez, nos muestra, que la capacidad de decidir, y elegir, aún estando condicionada a sus límites, sigue encontrándose en el interior de la protagonista. Ella saca fuerzas y elige mantener la cordura y el valor, para ser quien ellos quieren que sea, y posteriormente jugar sus cartas y salvar la dignidad que le pueda quedar.

Pero la Mariola de antes nunca vuelve. Un final feliz para muchos puesto que Justine sale de ese mundo negro, y un final no tan feliz para quienes piensan que cuando otros deciden por vidas que no les pertenece más que a quien las protagonizan, la identidad y la esencia de dichas vidas desaparecen para siempre.

Your name is Justine guarda relación con películas como Venganza, donde siempre hay un chico joven que atrae a las chicas en su llegada a aeropuertos europeos a las redes de las mafias a cambio de dinero. En ambas obras cinematográficas, quien hace de enlace termina pagándolo. Pero deja muy claro, que los que realmente se benefician quedan impunes a toda justicia. Es necesario que la sociedad tome cartas en el asunto porque es un tema que está ahí, al que todos temen, pero pocos se atreven a indagar.

La narración de las imágenes es una clara reivindicación a los derechos de la mujer, blanco fácil para aquellos que con autoridad y fuerza se imponen. Pero a la vez, quiere enseñar al espectador que nunca se debe subestimar la fuerza interior de una persona en situaciones límites, en este caso una niña que pasa a ser adulta en cuestión de días, y que pese a todo elige vivir.

jueves, 6 de mayo de 2010

Caché (Escondido)

Dirección y guión: Michael Haneke.
Países: Francia, Austria, Alemania e Italia.
Año: 2005.
Duración: 115 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Daniel Auteuil (Georges), Juliette Binoche (Anne), Maurice Bénichou (Majid), Annie Girardot (Madre de Georges), Lester Makedonsky (Pierrot), Bernard Le Coq (Editor), Walid Afkir (Hijo de Majid), Daniel Duval (Pierre), Nathalie Richard (Mathilde), Denis Podalydès (Yvon), Aissa Maiga (Chantal).
Producción: Margaret Menegoz y Veit Heiduschka.
Fotografía: Christian Berger.
Montaje: Michael Hudecek y Nadine Muse.
Diseño de producción: Emmanuel De Chauvigny y Christoph Kanter.
Vestuario: Lisy Christl.
Estreno en Francia: 5 Octubre 2005.
Estreno en España: 20 Enero 2006.

Caché (escondido) es un filme del director austriaco Michael Haneke, quien se caracteriza por hacer un cine critico en relación con aspectos de la sociedad contemporánea, inundada en imágenes consumistas que se sitúan al mismo nivel que la propia realidad, aunque de forma manipulada.

Sus películas encierran cierta angustia que hace que el espectador experimente un miedo diferente al que nos tienen acostumbrados los thrillers de hoy en día. Es un pánico a lo desconocido, a lo que nadie ve pero que de alguna forma está ahí siempre amenazando la intimidad de sus protagonistas así como sus pasados más secretos.

Haneke utiliza la violencia en todas sus obras para que el espectador piense y cuestione él mismo cuales son las causas que llevan a la sociedad en la que vivimos a cometer todo tipo de crímenes y brutalidades. Es un cine de lo real, donde la violencia juega un papel fundamental para ubicar el resto del relato, y poder entenderlo, en la medida en que el director lo permite, ya que hay muchos aspectos que en sus películas quedan a la interpretación absoluta de quien las ve.

Caché (Escondido) sigue esa misma línea de provocación, intriga y suposiciones. Ganadora de los premios del Festival de Cine de Cannes a la mejor dirección, y el premio FIPRESCI; Caché se hizo además con los galardones a mejor película y mejor director entre otros en los Premios del Cine Europeo. Para muchos, película estrella de Haneke, que reúne todos los requisitos para disfrutar sintiendo a la misma vez repulsión por lo sucedido en la historia. Es una película que atrapa al espectador en numerosas conjeturas, ninguna posteriormente resuelta.

El film recoge la historia de una familia que recibe dibujos escabrosos y cintas de vídeo con grabaciones del exterior de la casa donde viven, además de otros lugares a los que ha de acudir el protagonista. Una atmosfera que esconde continuas pistas que llevaran a Georges, periodista de prestigio y padre de familia, a sospechar sobre la posible conexión existente entre las cintas y un suceso desafortunado que él mismo provocó de pequeño. En el trascurso de la historia, la familia se va desuniendo y los problemas de desconfianza hacen que el matrimonio caiga en una profunda crisis mientras tratan de averiguar por todos los medios quién o qué les está destrozando sus vidas.

La elección de ver sin mirar

Caché desde su comienzo nos pone en situación mediante un plano fijo de larga duración donde podemos ver qué cosas están sucediendo frente a la fachada de la casa en cuestión. Simula lo que se esconde en la sombra para no ser visto y que controla la vida de los personajes, haciéndoles reaccionar saliendo de lo cotidiano para adentrarse en la búsqueda de la amenaza. El film pasa de espacios cerrados (zonas del hogar familiar que simbolizan lo seguro y la tranquilidad) a espacios exteriores que ponen en peligro todo lo que les rodea (la mirada ajenas de aquel que espía y desde donde se toman las grabaciones).

La interpretación de quienes luchan por salir adelante, Daniel Auteuil y Juliette Binoche, consigue que la historia cobre un realismo expectante. Los diálogos cargados de angustia y temor, las miradas cómplices y/o desconfiadas, los silencios, etc. ayudan a ello.

Georges, representa la conciencia de culpabilidad que la sociedad europea actual vive, y de la cual no somos conscientes. Una sociedad sometida al control de los medios de comunicación, y a su representación del mundo mediante imágenes que se suceden unas tras otras sin ser analizadas ni cuestionadas. Una cara del mundo, la de los “acomodados” según llama Haneke, se muestra pasiva ante imágenes manipuladas de un mundo pobre, el cual vemos muy lejano, y desde donde nos llegan a nuestras pantallas acciones violentas tratadas de forma espectacular, que han sido previamente seleccionadas para vendérnosla como el pan de cada día. Esa pasividad ante las incoherencias del mundo y nuestra mirada hacia otro lado, es lo que critica el director en Caché.

La sociedad actual huye de la mala conciencia sin hacerle frente, y los medios tienen mucho que ver. La forma en la que tratan los sucesos del otro mundo “lejano” provoca en nosotros una insensibilización que crece a medida que pasa el tiempo.

La película tiene como fin que busquemos respuestas a preguntas formuladas desde el más sincero temor a que todos, nos convirtamos en meros espectadores de una realidad que creemos ajena a nosotros, pero que está ahí, y que es más cruda que cualquier imagen violenta que se pueda preciar en cine. Muestra además, una sociedad que tiene miedos, que anulan nuestra capacidad de decisión, y esos miedos nos vienen impartidos por una concepción del mundo creada por los poderosos medios de comunicación, tan inofensivos a la vista de muchos.

Los protagonistas de Caché se enfrentan así a elegir; somos seres morales, y como tales, tenemos la capacidad de decidir entre una cosa u otra. Georges elige actuar de una forma determinada que lleva a la desgracia de otros, y que seguramente, de haber elegido la otra opción, se hubiese podido evitar.

La película deja a inspiración de cada cual su interpretación, y la resolución de las dudas planteadas, pero siempre quedan hilos sueltos que desconciertan al espectador. Nos podemos plantear una vez visionada la obra, que lo menos importante es el hecho de averiguar quién graba esas cintas, sino más bien, de cómo este suceso despierta a la pareja de protagonistas y los lleva a la búsqueda incesante de algo que no pueden ver pero que está presente. Tal y como los medios hacen mella en nosotros casi sin darnos cuenta.